Bilbao ha vuelto a situarse en el centro de la atención internacional. Esta vez, la prestigiosa revista The Economist la ha incluido entre las mejores ciudades del mundo para caminar, destacando su modelo urbano moderno, accesible y centrado en las personas. La capital vizcaína comparte este reconocimiento con referentes como Copenhague, Ámsterdam o Valencia, aunque desde un perfil más discreto y con una identidad muy marcada.

El informe de The Economist se basa en un análisis complementario al índice World’s Best Cities, elaborado por la consultora Resonance, que valora aspectos como diseño urbano, servicios públicos y calidad de vida. En todos ellos, Bilbao sobresale por haber logrado una transformación radical en apenas tres décadas.

De ciudad industrial a referente global

Hasta los años 90, Bilbao era sinónimo de industria pesada, contaminación y tráfico. Sin embargo, a partir de entonces inició un ambicioso proceso de regeneración urbana que cambió su destino para siempre. La inauguración del Museo Guggenheim en 1997 fue el primer hito visible de esa metamorfosis, pero como subraya The Economist, el verdadero cambio se dio en las calles.

Bilbao aprovechó su autonomía política y sistema fiscal propio para financiar mejoras clave en infraestructura y movilidad. El desarrollo de una red de transporte público eficiente, la implementación de carriles bici y una decidida apuesta por la accesibilidad —incluyendo ascensores urbanos gratuitos que conectan zonas altas con el centro— han convertido a la ciudad en un entorno plenamente caminable.

Un urbanismo centrado en las personas

Hoy, Bilbao es una ciudad pensada para caminar. Sus amplias aceras, zonas peatonales en el Casco Viejo, espacios verdes repartidos por todo el municipio y su firme compromiso con la sostenibilidad la convierten en un modelo de ciudad a escala humana. Caminar no solo es posible: es agradable, seguro y eficiente.

Este reconocimiento se suma a otros logros recientes. Según The Economist, Bilbao cuenta con el séptimo mejor sistema sanitario del mundo y ocupa el puesto 26 a nivel global en calidad educativa. Además, su coste de vida moderado, su consolidada oferta cultural y su arquitectura moderna —con ejemplos como el puente Zubizuri o el aeropuerto diseñado por Santiago Calatrava— refuerzan su atractivo tanto para residentes como para inversores.

Bilbao, ciudad viva y acogedora

Más allá de la movilidad peatonal, Bilbao ha conseguido proyectar una imagen de ciudad moderna sin perder su escala ni su esencia. Su cercanía al mar, la calidad del transporte público, su reconocida gastronomía y los niveles de seguridad la convierten en un destino cada vez más valorado.

Así lo reconocía también National Geographic, que recientemente la eligió como la mejor ciudad para vivir del País Vasco. Bilbao demuestra que es posible combinar innovación, tradición y bienestar urbano. Y lo hace caminando: a paso firme, hacia un futuro más sostenible y humano.